12.10.10

12 de octubre, el "descubrimiento" de América y la historia oficial... Caras y caretas


12 de octubre, el "descubrimiento" de América y la historia oficial... Caras y caretas

por Eduardo Galeano





foto: rebelion.org


¿Cristóbal Colón descubrió América en 1492? ¿O antes que él la
descubrieron los vikingos? ¿Y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no
existían?
Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer
hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí
vivían, ¿eran ciegos?
¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al
tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés,
Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?
Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del
Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía?
Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar.
Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada,
creyó que no eran gentes de razón.
Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de
atrás, creyó que eran indios de la India.
Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta
estableciendo que Cuba era parte del Asia.
El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los
tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se
le darían cien azotes, se le cobraría una pena de diez mil maravedíes y
se le cortaría la lengua.
El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe.
Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar.
Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían
lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad
del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela. Y retrataron a los
americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente.
Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con caras de hombre
y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las
mujeres tenían rabos.
En la Guayana, según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en
los hombros y la boca en el pecho.
En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan
grandes que las arrastraban por los suelos.
En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los
pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro
Martín de Anglería las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de
sus flechas.
Anglería, que escribió la primera historia de América pero nunca
estuvo allí, afirmó también que en el Nuevo Mundo había gente con rabos,
como había contado Colón, y sus rabos eran tan largos que sólo podían sentarse
en asientos con agujeros.
El Código Negro prohibía la tortura de los esclavos en las colonias
francesas. Pero no era por torturar, sino por educar, que los amos
azotaban a sus negros y cuando huían les cortaban los tendones.
Eran conmovedoras las leyes de Indias, que protegían a los indios en
las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran la picota y la horca
clavadas en el centro de cada Plaza Mayor.
Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en
vísperas del asalto a cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al
mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por
sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de
Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o
pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la
guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos.
Pero este Requerimiento de obediencia se leía en el monte, en plena noche,
en lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de
ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no
tenían la menor idea de lo que se les venía encima.
Hasta no hace mucho, el 12 de octubre era el Día de la Raza.
Pero, ¿acaso existe semejante cosa? ¿Qué es la raza, además de una
mentira útil para exprimir y exterminar al prójimo?
En el año 1942, cuando Estados Unidos entró en la guerra mundial, la
Cruz Roja de ese país decidió que la sangre negra no sería admitida en sus
bancos de plasma. Así se evitaba que la mezcla de razas, prohibida en la
cama, se hiciera por inyección.
¿Alguien ha visto, alguna vez, sangre negra?
Después, el Día de la Raza pasó a ser el Día del Encuentro.
¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de
hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones?
Quizás el episodio más revelador de la historia de América ocurrió en
el año 1563, en Chile. El fortín de Arauco estaba sitiado por los indios,
sin agua ni comida, pero el capitán Lorenzo Bernal se negó a rendirse. Desde
la empalizada, gritó:
-¡Nosotros seremos cada vez más!
-¿Con qué mujeres? -preguntó el jefe indio.
-Con las vuestras. Nosotros les haremos hijos que serán vuestros
amos.
Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más
caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indios para
alimentar el desarrollo capitalista de Europa.
Y los llamaron idólatras, porque creían que la naturaleza es sagrada
y que somos hermanos de todo lo que tiene piernas, patas, alas o raíces.
Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan
brutos eran los indios que ignoraban que debían exigir visa, certificado de
buena conducta y permiso de trabajo a Colón, Cabral, Cortés, Alvarado,
Pizarro y los peregrinos del Mayflower.

2.10.10

"El olvido es la única muerte que mata de verdad." E.G.

9.9.10

Operación Plomo Impune

...La llamada comunidad internacional , ¿existe?

¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.

Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.

La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.

Leer nota completa aquí

6.9.10

Seré curioso

¿Por qué se identifica a la coca con la cocaína?

Si tan perversa es la coca, ¿por qué se llama Coca-Cola uno de los símbolos de la civilización occidental?

Si se prohíbe la coca por el mal uso que se hace de ella, ¿por qué no se prohíbe también la televisión?

Si se prohíbe la industria de la droga, industria asesina, ¿por qué no se prohíbe la industria de armamentos, que es la más asesina de todas?

¿Con qué derecho los Estados Unidos actúan como policías de la droga en el mundo, si ese país es el que compra más de la mitad de las drogas que se producen en el mundo?

¿Por qué entran y salen de Estados Unidos las avionetas de la droga con tan asombrosa impunidad? ¿Por qué la tecnología modernísima, que puede fotografiar una pulga en el horizonte, no puede detectar una avioneta que pasa ante la ventana?

¿Por qué jamás ha caído, en los Estados Unidos, ni un solo pez gordo de la red interna del tráfico, aunque sea uno solito de los reyes de la nieve que operan dentro de fronteras?

¿Por qué los medios masivos de comunicación hablan tanto de la droga y tan poco de sus causas? ¿Por qué se condena al drogadicto y no al modo de vida que multiplica la ansiedad, la angustia, la soledad y el miedo, ni a la cultura de consumo que induce al consuelo químico?

Libro. Patas pa arriba, la escuela del mundo al revés.

28.7.10

Objetos perdidos

El siglo veinte, que nació anunciando paz y justicia, murió bañado en

sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.

El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia, está

siguiendo los pasos del siglo anterior.

Allá en mi infancia, yo estaba convencido de que a la luna iba a parar todo

lo que en la tierra se perdía.

Sin embargo, los astronautas no han encontrado sueños peligrosos, ni

promesas traicionadas, ni esperanzas rotas.

Si no están en la luna, ¿dónde están?

¿Será que en la tierra no se perdieron?

¿Será que en la tierra se escondieron?

El casi poder

Un golpecito de aldaba, entre queriendo y no queriendo, y una puerta que se entreabre:

alguien se descubre la cabeza y con el descomunal sombrero apretado entre las manos

pide, por amor de Dios, agua o tortillas. Los hombres de Zapata, indios de calzón blanco y

cananas cruzadas al pecho, merodean por las calles de la ciudad que los desprecia y los

teme. En ninguna casa los invitan a pasar. Dos por tres se cruzan con los hombres de Villa,

también extranjeros, perdidos, ciegos.


Suave chasquido de huaraches, chas-ches, chas-ches, en los escalones de mármol; pies que

se asustan del placer de la alfombra; rostros mirándose con extrañeza en el espejo de los

pisos encerados: los hombres de Zapata y Villa entran al Palacio Nacional y lo recorren

como pidiendo disculpas, de salón en salón. Pancho Villa se sienta en el dorado sillón que

fue trono de Porfirio Díaz, por ver qué se siente, y a su lado Zapata, traje muy bordado,

cara de estar sin estar, contesta con murmullos las preguntas de los periodistas.

Los generales campesinos han triunfado, pero no saben qué hacer con la victoria:


—Este rancho está muy grande para nosotros.


El poder es asunto de doctores, amenazante misterio que sólo pueden descifrar los

ilustrados, los entendidos en alta política, los que duermen en almohadas blanditas.

Cuando cae la noche, Zapata se marcha a un hotelucho, a un paso del ferrocarril que

conduce a su tierra, y Villa a su tren militar. Al cabo de unos días, se despiden de la ciudad

de México.


Los peones de las haciendas, los indios de las comunidades, los parias del campo, han

descubierto el centro del poder y por un rato lo han ocupado, como de visita, en puntas de

pie, ansiosos por terminar cuanto antes esta excursión a la luna. Ajenos a la gloria del

triunfo regresan, por fin, a las tierras donde saben andar sin perderse.

No podría imaginar mejor noticia el heredero de Huerta, el general Venustiano Carranza,

cuyas descalabradas tropas se están recuperando con ayuda de los Estados Unidos.

21.6.10

Desinformemonos

Seremos curios@s les invita a curiosear por la página de Desinformémonos, sin duda una gran labor periodística la que hacen, recorriendo rincones del mundo para desinformar. Miremos hacia otro lado ya.

Se nos fueron dos grandes, y la tierra también lloró. Hasta siempre, Saramago! Hasta siempre, Monsiváis! Nos quedan sus sabias palabras, ahora toca a todos nosotros transformárlas en acciones, aunque sean pequeñitas, para que este mundo ya no esté tan al revés. Los vamos a extrañar!

“Se fue, pero se quedó. No quiero palabrear las emociones. Digo que en este mundo hay finales que son también comienzos, muertes que son nacimientos. Y de eso se trata. Siempre estuvo al lado de los perdedores. Nos hará falta, pero seguirá resonando desde sus libros. Como dije sobre Mario Benedetti hace un año: ‘Hay cosas que se dicen callando’.” Eduardo Galeano sobre José Saramago.

25.4.10

Las venas abiertas de América Latina

Descarga uno de los libros más importantes de Latinoamérica.
Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano. O compralo en alguna librería.

...La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar v le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones Este va no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continúa existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro, el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos, mucho más de lo que América Latina gana produciéndolos. ...




Cardenal 77, Memorias del Fuego, pag. 286.


Libro Patas Arriba. La escuela del mundo al revés / pag. 257

20.4.10

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19.4.10

Diccionario del Nuevo Orden Mundial

apartheid. Sistema original de Africa del Sur, destinado a evitar que los
negros invadan su propio país. El Nuevo Orden lo aplica,
democráticamente, contra todos los pobres del mundo, sea cual fuera su
color.

bandera. Contiene tantas estrellas que ya no queda lugar para las
barras, Japón y Alemania estudian diseños alternativos.

comercio, libertad de. Droga estupefaciente prohibida en los paises
ricos, que los paises ricos venden a los piases pobres.

costos, calculo de. Se estima en 40 millones de dólares el costo
mínimo de una campaña electoral para presidente de los Estados Unidos.
En los piases del Sur, el costo de fabricación de un presidente resulta
considerablemente mas reducido, debido a la ausencia de impuestos y al
bajo precio de la mano de obra.

creación. Delito cada vez menos frecuente.

cultura universal. Televisión.

desarrollo. En las sierras de Guatemala: No se necesita matar a todos.
Desde 1982, nosotros dimos desarrollo al 70% de la población, mientras
matamos al 30% (General Héctor Alejandro Gramajo, ex ministro de
Defensa de Guatemala, recientemente graduado en el curso de
Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard. Publicado en
Harvard International Review, edición de primavera de 1991).
deuda externa. Compromiso que cada latinoamericano contrae al
nacer, por la módica suma de 2 000 dólares, para financiar el garrote
con el que será golpeado.

dinero, libertad del. Dícese del rey Herodes suelto en una fiesta
infantil.


guerra. Castigo que se aplica a los piases del Sur cuando pretenden
elevar los precios de sus productos de exportación. El mas reciente
escarmiento fue exitosamente practicado contra Irak. Para corregir la
cotización del petróleo fue necesario producir 150 mil daños colaterales,
vulgarmente llamados víctimas humanas, a principios de 1991.

guerra fría. Ya era. Se necesitan nuevos enemigos. Interesados
dirigirse al Pentágono, Washington DC, o a la comisaria de su barrio.

25.2.10

Guerras calladas

No estalla como las bombas, ni suena como los tiros.

El hambre, que mata callando, mata a los callados.
De ellos, sabemos todo.
Los expertos, los pobrólogos, los estudian y nos ofrecen los datos actualizados: cuántos son los pobres, en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, en qué no creen.
Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres.
Ellos,
los muertos de las guerras,
los presos de las cárceles,
los brazos disponibles,
los brazos desechables,
sin tierra,
sin casa,
sin camino.
¿Será que los pobres son pobres porque su hambre nos da de comer y su desnudez nos viste?
¿Qué sería de nosotros sin ellos?

E.G

5.2.10

Tributo a Martí

Querido Martí:

Disculpa la tardanza con que te escribo esta carta. Hace mucho tiempo te la debía, o mejor dicho, te la debíamos, porque me atrevo a asegurar que otros como yo, que tanto hemos hablado de ti, también querrían escribirte.

No nos conocisteis pues no lo permitieron el tiempo de siglos que media entre nosotros y las leyes de la naturaleza que son inviolables.

Sin embargo, Maestro, tu siempre estás entre nosotros: en el niño que con pañoleta azul o roja canta tus poemas, lee tus versos a la sombra de una palma, en el joven que siembra una planta, que bate banderas por la paz, que salva una vida en esa Patria que es la humanidad, que salva también un alma de esa plaga que es la ignorancia, que marcha con una antorcha en busca de la Fragua para decir con sus himnos, con sus manos, con sus pasos fuertes y seguros que aún la libertad está ardiendo en el mundo. Esa libertad por la que tanto has dado, por la que tanto sufriste.

Estás en esos jóvenes héroes que en las entrañas del monstruo, enfrentan injustas condenas porque defendían la soberanía de esta tierra que fue tu cuna. Héroes de esta generación que aman tu prédica, que enarbolan tus ideas como arma insustituible e invencible.

Decías "Esos son héroes; los que pelean para hacer a los pueblos libres, o los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad"

Has estado en cada generación de cubanos, de americanos, de esa América tuya que va desde el Bravo a la Patagonia.

Estuviste en la mente y el corazón de ese joven que murió abatido en esa primera marcha de las antorchas en el año de tu centenario. Estuviste en el Moncada, en el Granma, en la Sierra, en Girón, en cada batalla emprendida por este pueblo rebelde encabezado por el más aventajado de tus discípulos, nuestro Fidel.

Nadie podrá hablar de ausencia, nadie puede decir olvido, mi querido Maestro, porque los hombres como tú tienen un lugar eterno en la historia de la Patria.

Un día también dijiste que "…los Muertos son un canto a la vida y los vivos un templo donde honrarlos"

Cada cubano honesto, cada verdadero patriota te venera día a día, te siente, te piensa, te adora y te ofrenda sus modestos esfuerzos para construir un mundo mejor.

Mi Maestro, que difícil me es plasmar en una blanca hoja de papel mis ideas, mis sentimientos.

Mis palabras son pálidas, insignificantes, cuando tratan de hablarte.

Solo me reconforta saber que en mi corazón fluyen con vehemencia los más nobles sentimientos que me inculcaste a través de tus cartas, de tus poemas, de tus historias, de tus crónicas.

He tenido la suerte de pararme ante la estatua de Bolívar, de caminar por tu casa natal, de visitar tu morada en Caracas y trataba, cerrando los ojos, de verte allí.

Mi querido Martí, quiero terminar esta sencilla carta agradeciéndote tu existencia, agradeciéndote tus enseñanzas, agradeciéndote el espíritu de lucha y de fe en el mejoramiento de los hombres que nos dejaste.

Soy un cubano que ama a su Patria y como tu mismo nos dejaste escrito: "El cubano es capaz del amor, que hace perdurable la libertad."

Tu alumno,

Luis

22.1.10

Los pecados de Haití, por E. GALEANO

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado... de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene ''una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización''. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: ''Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses''.

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: ''El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro''.

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: ''Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas''. Más generosamente, otro
contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro ''puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras''.
La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.

Tomado de:
Brecha 556, Montevideo, 26 de julio de 1996.